Es simplemente increíble, sus canales, molinos, arte, cultura y sus pequeñas tiendas con diseños únicos y originales te hacen disfrutar la ciudad de día y de noche. Tanto el Museo de Van Gogh y sus pinturas, como el Museo de Heineken, super interactivos y divertidos con instalaciones super instagrameables. Siempre que viajo me gusta fotografiar los escaparates de las tiendas, checar tendencias de diseño, materiales y saber cómo hacen el Visual Merchandising en otras partes del mundo. Al final la aventura te lleva a descubrir procesos y lugares distintos como en la fábrica de zuecos y quesos y su evolución en el transcurso de los años.